En medio del olor contrastante entre carne frita y comida podrida buscó aquello que le hacía falta en esos hacinados locales, escuchando, a pesar del barullo, el sonido de sus zapatos al pegarse y despegarse de los pegajosos adoquines. Pasó de un local a otro, mirando atentamente los improvisados escaparates iluminados por un resquicio de sol que se colaba entre las láminas y lonas de colores. Buscó en medio de camisas, lentes de sol, tenis, camisetas, pantalones, discos, ropa interior, carteras, cinturones, sandalias y comida. Llegó al final de un pasillo y continuó por otro, siempre atento a los detalles en búsqueda de aquello. Al terminar su recorrido dio un profundo respiro, cerró los ojos y sintió un ligero cosquilleo en la nuca. . . finalmente lo había encontrado. Satisfecho, se fue caminando bajo el radiante sol canicular de aquella tarde de agosto.miércoles, 26 de agosto de 2009
Vacío
En medio del olor contrastante entre carne frita y comida podrida buscó aquello que le hacía falta en esos hacinados locales, escuchando, a pesar del barullo, el sonido de sus zapatos al pegarse y despegarse de los pegajosos adoquines. Pasó de un local a otro, mirando atentamente los improvisados escaparates iluminados por un resquicio de sol que se colaba entre las láminas y lonas de colores. Buscó en medio de camisas, lentes de sol, tenis, camisetas, pantalones, discos, ropa interior, carteras, cinturones, sandalias y comida. Llegó al final de un pasillo y continuó por otro, siempre atento a los detalles en búsqueda de aquello. Al terminar su recorrido dio un profundo respiro, cerró los ojos y sintió un ligero cosquilleo en la nuca. . . finalmente lo había encontrado. Satisfecho, se fue caminando bajo el radiante sol canicular de aquella tarde de agosto.
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