martes, 9 de septiembre de 2014
Ya
No puedo ser yo
quien aparte de tu boca ese aliento
de vieja sal, azufre y arena
que te hace volar igual que el viento.
No soy yo
quien quiera llevar agua a tu estéril pecho
quien se funde en expectativas y desconcierto
ante tanto daño que hoy me has hecho.
Y aquí estoy yo
viviendo la agonía tu insólito silencio
mientras las lluvias de septiembre me recuerdan
las promesas hoy huecas que frente a mí agonizan.
Ya no puedo
tolerar tu mediocridad voluntaria,
soportar los problemas a cuestas
y pagar encima el precio de tu osadía.
Soy yo
quien se consume día con día
quien lucha a dientes y garras
quien se sienta a llorar.
Así yo por las noches
sacudo los últimos resquicios de tu humor
limpio mis sábanas de tu tacto
y barro las cenizas de tus destrozos.
Porque tu quizá nunca podrás
encontrar un hogar sin ansiedades
dejar de vagar por el mundo sin rumbo
y hacerte cargo de los despojos que dejas.
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