viernes, 20 de marzo de 2009

Guerrero


¡Palpita tu corazón!
Pero tu existencia se limita
a un transparente caparazón
que rodea tu blanca cunita.

¡Palpita tu corazón!
Mientras tu cuerpo nos enseña,
que no importa la razón,
sino las extrañas señales de alivio.

¡Palpita tu corazón!
Mientras en tí pensamos
día y noche sin sosiego
do tu estás, nosotros vamos.

¡Palpita tu corazón!
Mientras las expectativas crecen,
una a una se revelan
y una que otra se desvanece.

Tu corazón ya no palpita
pero te marchas enseñandonos
que no importa el dolor de la carne
sino la fortaleza de espíritu.





martes, 17 de marzo de 2009

Lineal



En ese momento en el que las lágrimas se agolpan en la parte alta de la nariz y un peso repentino se siente en el labio inferior el tiempo se detuvo a contemplar el violento atardecer soleado. Ese atardecer no solamente tenía color naranja, sino que tenía el color de los momentos dulces y amargos del pasado, a cada segundo inexistente. Es así que dio saltos de un momento a otro, a veces con lágrimas de alegría, a veces de tristeza, a veces de melancolía y a veces de añoranza.

Fue así que la suave brisa veraniega se llevó, particula a particula, cada uno de esos recuerdos, dejando, sin embargo, una tenue cicatriz en la memoría. Cuando llegó la noche, el tiempo se levantó y tomando un fuerte impulso, continuó con su lineal y constante viaje jamás interrumpido.