martes, 27 de mayo de 2008

Subconsciente


Se sentó sobre su escritorio, despuesto a escribir con pasión el relato que hablaría de todo lo que la vida le había enseñado. Tenía en la mente, palabra por palabra, la estructura de aquél escrito, diseñado en primer término para desahogar su alma y en segundo para mostrarle al mundo lo simple o complejo de su historia. Se quedó unos minutos en medio del salón callado, solo escuchando ladridos lejanos de perros en medio de la neblinosa madrugada de febrero.
Sus manos se quedaron quietas . . . y el lienzo de papel continúa en blanco.